miércoles, 24 de agosto de 2011

El roce

En ese momento
en el que declaras el rumbo perdido.
Ácida amargura, sórdida imágen,
la electricidad de los recuerdos futuros.

En el instante del roce,
se abren millones de pétalos
encendiendo las raíces
de lo verdadero.

Admiran las maravillas
y envidian los desmaravilladores,
tu capacidad de ilusionar
a la mentira
escribiendo un nuevo verso.

La errada hermosura,
la continuidad de las horas
la espinosa realidad
el suspiro de tu silencio
y la pura resignación,
entonces,
no serán suficientes.

jueves, 18 de agosto de 2011

La vida será mi hogar

-Cuando usted diga, yo la estaré esperando en el amanecer.
-Muy bien, aunque yo prefiero el espumoso mar mientras el viento bate nuestras monstruosas cabelleras, en el crepúsculo del fin del mundo ¿Le parece?
-A vos allá te espero. Exacatamente en mil novecientos treinta y dos millones de minutos con siete millones doscientos cuatro mil setenticiete segundos. Lleva una pantufla izquierda.
-Por supuesto, y quitaesmalte.
- Claro, para la cáscara de nuez.
- Así quitamos el esmalte que conforma la coraza de la nuez, y con la izquierda bien cubierta, extendemos el rescate al exterior del universo.
- Sí. Pero alguien tiene que quedarse cuidando el refugio en la fortaleza, las olas están muy fuertes y los peces podrían enroscarse en la cuerda y no tendríamos cómo volver.
-Tranquilo, ya lo pensé... el ansuelo de la realidad nos va a traer devuelta... Siempre tan tajante y resquebrado, no nos va a dejar escapar...
- Pero...¿Y si en realidad está tirando desde el otro lado, pero nosotros tenemos las mentes confusas? ¿Y si en realidad la misma está haciendo fuerza del otro lado para que vayamos? Pero nosotros estamos tan confundidos que volvemos incocientemente y por eso siempre estamos en el mismo lugar.
-Somos como el reloj, en círculos por el mismo lugar, marcando el paso del tiempo...
-Pero quizás algún día nos sangren los ojos, y entonces seremos capaces de no ver, por fin. Y correremos para donde esten las mejores fortunas. Guiados por la libertad de los vientos color rosa.
-¡Sí! Y el no ver nos desarrollará los otros sentidos, palpando la suavidad del polvo, oliendo la perseverancia de la resina, saboreando lo enriquecedor de un arrollo sereno, nos encontraremos...
-Y algún día seremos tolerantes con lo desconocido, tan tolerantes que ya no sabremos nuestro nombre. Y la libertad, la libertad será nuestro espíritu.
-Soberana de mi destino, sometida a las leyes de la Naturaleza...
-Y la vida será mi hogar.

jueves, 11 de agosto de 2011

A Julio Cortázar

Primer día de clases 2011. Producto del aburrimiento.


Querido Cronopio:
Por la presente me veo en la necesidad de pedirle encarecidamente que me brinde su enseñanza para adquirir sus tan espléndidos dones.
No me deje subir solo la escalera.
No me regale un reloj.
Juguemos a una rayuela,
que empiece en la tierra;
desde la continuidad de los parques,
hasta las puertas del cielo.
No mataré ninguna hormiga romana más,
hasta que no escriba instrucciones para llorar.
Saldré a la búsqueda de mi pelo perdido,
escuchando los latidos de una cucharita.

Sal si puedes

24/6 taller literario.
Consigna: Escribir un relato explicando el porqué del nombre de la ciudad "Sal si puedes". Incluir un personaje.

Sal si puedes.

Toque de queda... Dolores es sometida al cosquilleo de sus escalofríos y dentro suyo, reinan las ansias de libertad.
Ni la sombra de las hojas se animaban a atravesar el pueblo después de aquella alarma. Grito estremecedor.
Dolores, juguetona y extrovertida, lucha por reprimir sus pasos y así salvar su alma.
Las nubes soplaban arrasadoras, dando origen a un caótico viento que recorre el pueblo, se escurre por las rendijas de las casas y baña en sudor frío a los habitantes.
¡Temblarás Dolores! Temblarás al sentir ese aire frío, cómplice de aquellos violadores, cómplice de las cadenas, cómplice del crimen enmascarado, cómplice...

domingo, 7 de agosto de 2011

Para y por el scoutismo

"Con las manos enlazadas,
senda scout, camino de paz,
caminar la misma ruta..."
Dame tu mano,
y transitemos
por el mismo camino.
Abramos los ojos,
veamos nuestras diferencias
y aprendamos de ellas.
Armémonos de valor
y de valores,
salgamos a contagiarlos.
¿No ves que no es tan difícil?
La belleza está en lo simple,
en la transparencia de un lago,
en la caminata más pura,
en el abrazo de un compañero,
en la paz,
en vos, en mí.
Y quizás nuestros ideales
no tengan la fortaleza
para frenar una bomba.
Quizás nuestros principios
no sean suficientes
para sacear el hambre.
Pero alimentemos esta unión,
con las izquierdas aferradas
y las derechas en un fiel saludo.
Si prometimos por lo mismo,
no dejemos de creer
ni de crear,
que el mundo es por eso
un mejor lugar.

Magdalena Clavijo

Él tenía que elegir

Él era un chico normal, el más normal de todos quizás. Su vida giraba en torno a lo cotidiano y al correcto prototipo que alguien alguna vez estableció como correcto. Sus días estaban dictados como si estuvieran escritos, sus años ya organizados. Su camino no se hacia al andar, mas bien él andaba por el camino.
Todo era tan satisfactoriamente natural y rutinario que daba escalofríos tan solo pensar que el despertador se quedaría sin pilas.
Nada fuera de lugar, todo simétrico y prolijo como su raya al medio. Era un orgullo, entre la familia, el colegio y los privilegiados dentro del grupo de abanderados. Era la esperanza de las decisiones, el futuro del apellido familiar, los ojos de mamá y la fuerza de papá. Pero al parecer, sin presiones...
Tan correcto y gentil, ubicado y con un autocontrol sorprendente para su edad. Nada de alcohol, nada de drogas. Oh por Dios. ¿Sexo? ¿Qué es eso? Nada de todo esto infectaba sus días, sus horas, sus sonrisas o su falta de sonrisas.
Creemos que solo le faltaba una pieza a este rompecabezas humano. Solo había un aspecto que a su madre la inquietaba. Más y más, cada vez más. Su hijo era un fanático, un extremo admirador de los arácnidos.
Para él, era tan natural como el olor a tostadas de las 7 am, nada de malo había en eso. Ni en las arañas, ni en su fanatismo hacia ellas. ¿Cómo podrían verlo como algo malo? Eran excelentes, adoraba el número ocho. Envidiaba sus ocho patas, ya que creía que ellas marcaban el paso a su andar tan fuerte como el veneno de la Sicarius española.
¡Y sus ocho ojos, qué maravilla! Él fantaseaba con que cada uno de ellos, tenía una visión del mundo diferente, única, y particular. De este modo, tenían ocho percepciones de cada mínimo detalle o del sentimiento más desgarrador. Aspiraba a algún día poder ver las cosas de ese modo, y así asignarle a cada ojo un aspecto específico del mundo. El día que necesite amor, vería con el ojo número tres, destinado a vislumbrar el cariño. El momento en el que tenga miedo, vería con el ojo de la cautela y de la percepción, y estaría más atento y preparado. Esperemos que no llegue el minuto exacto en el que quiera usar su ojo de la verdad, podría ser catastrófico. ¿No te parece?

Entonces... Se ha presentado un problema. El amor del hijo perfecto, tiene como destinatario el mismo que tiene la fobia de los padres divinamente estructurados.
En teoría, no debería resultar un problema, ya que si hacemos la vista gorda en el detalle de los arácnidos, él se presenta como un hijo ideal.
Pero sí lo fue, al menos así parece y así se presentó. Como un gran problema.
La madre evitaba entrar al cuarto de su hijo ya que las inmensas paredes, forradas por ilustraciones de Actinopadas, Cercidias, Misunemops Palidius, Tarántulas y Viudas Negras, le causaban un escalofrío más intenso que la idea de que el despertador se quedara sin pilas.
El padre evadía todo tema que trate de habilidades, velocidad, destreza, o peligro, ya que su hijo era capaz de relacionar cualquier verbo con una especie arácnida americana.

Al principio era controlable, la madre no entraba al cuarto, el padre no hablaba y todo estaba bajo control. Solo tenían que ignorar una parte de su vida, dejar de lado el componente que llenaba el alma de su hijo. Era solo un detalle.
La convivencia era posible, claro que sí. Solo había que cerrar el corazón y evitar mirar a los ojos, postergando el choque de realidades.

Pero con el tiempo se produjo en él, una amplificación del fanatismo, un florecimiento de amor hacia esas criaturas, eran parte de él. ¡Por Dios si eran perfectas! ¿Cómo no se daban cuenta? ¿Cómo podían no adorarlas? Él no encontraba punto de represión si se trataba de arácnidos, no podía cambiarlo. No podía no amarlos. Y su fidelidad a sus convicciones era lo que hacia crecer el abismo que lo separaba de sus padres, de su despertador y desarmaba más el rompecabezas humano. Eso lo estaba destrozando, tenía que modificarlo. ¡Pero si ese abismo era él mismo! Comenzó a dividirse su cabeza. En ocho, claro. Cada una percibía todo de una sola forma. Y una sola cosa, era percibida por todo. Ocho avalanchas de pensamientos. Ocho cascadas inmensas rompiendo contra su razón, con agua de realidad y destino.
Tenía que elegir... Todo corría en su mente, luchando desaforadamente por ser lo elegido y no lo despachado. Vio a una Salticidae australiana luchando contra los bigotes formalmente cortados de su padre, sorprendió a la Sparassidae que tanto admiraba saltando contra el peine con el que lograba hacerse la raya al medio. Miles de pensamientos se enfrentaron esa noche, muchas contradicciones. Ocho, para ser más precisos. Eran ocho contradicciones luchando por ser parte del futuro de él.
Y tenía que elegir... Ya,ya. Ayudenlo. ¿Qué debe elegir? ¿Aquello que ama y lo separa de los que lo aman? ¿O la seguridad del camino ya marcado junto a la calidez del vientre de mamá, y el bigote sonriente de papá?