Primer día de clases 2011. Producto del aburrimiento.
Querido Cronopio:
Por la presente me veo en la necesidad de pedirle encarecidamente que me brinde su enseñanza para adquirir sus tan espléndidos dones.
No me deje subir solo la escalera.
No me regale un reloj.
Juguemos a una rayuela,
que empiece en la tierra;
desde la continuidad de los parques,
hasta las puertas del cielo.
No mataré ninguna hormiga romana más,
hasta que no escriba instrucciones para llorar.
Saldré a la búsqueda de mi pelo perdido,
escuchando los latidos de una cucharita.
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